Era un americano, un hindú, y un mexicano, acababan de morir y el diablo
los recibe en el infierno, el diablo les dice:
Les voy a dar una oportunidad de ir al cielo, les voy a dar un latigazo
en la espalda, se pueden poner lo que quieran en ella pero no pueden
quejarse, si no se quejan se irán al cielo.
Así que el americano dice:
Yo primero.
Se pone una loza de piedra en la espalda, el diablo le da el latigazo y
el americano no se queja así que rápidamente se va al cielo.
Ahora le toca el turno al hindú y se arrodilla. El diablo le dice:
¿No te vas a poner nada en la espalda?
Y el hindú le responde:
No, la meditación me ayudará a no sentir dolor.
El diablo le da el latigazo y el hindú ni se inmuta. El diablo le dice:
Puedes irte al cielo.
Ahora es el turno del mexicano, este se arrodilla para recibir el
latigazo, pero no se pone nada en la espalda y el diablo le dice:
¿También tú vencerás el dolor con la meditación?
Y el mexicano responde:
¿Me puedo poner cualquier cosa en la espalda?
Y el diablo le dice que sí, lo que sea.
A lo que mexicano dice:
¡A ver tú, hindú ven acá!
Era una vez un Alemán se muere y se va al infierno ve que allá ay un
infierno para cada país entonces va al infierno Alemán y pregunta: -¿Qué
te hacen aquí?-, a lo que le contestan: -Aquí primero te sientan en
una silla eléctrica por una hora, después te acuestan en una cama de
clavos durante otra hora y el resto del día viene el diablo y te da de
latigazos- Entonces, va a los demás infiernos y pregunta lo mismo y le
responden lo mismo que en el Alemán, entonces ve que en el infierno
Mexicano esta lleno de gente queriendo entrar entonces va y pregunta lo
mismo:
- ¿Que te hacen aquí?- y el comentario es el mismo entonces les
dice:
-Pero ¿porque aquí hay tanta gente queriendo entrar? - y el
mexicano le contesta:
–Es que aquí nunca hay luz, los clavos se los
robaron, y el diablo solo viene, firma y se va.
Llegan 3 individuos al infierno, y les toca el día que está de buenas el
diablo y les dice:
Hoy voy a dejar ir a aquel de ustedes que me dé algo que yo no pueda
destruir con mis manos.
Llega el primero y le da una extraña roca encontrada en Siberia. El
diablo la toma en sus manos y la empieza a apretar.
1, 2, 3, listo, ya te llevó el chamuco.
Llega el segundo y le da un pequeño balín hecho de titanio. El diablo la
toma en sus manos y la empieza a apretar.
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, ¡Lo logré!, vas para abajo.
Llega el último y le da una luneta de chocolate. El diablo la toma en
sus manos y la empieza a apretar.
1, 2, 3,...10,...100, empieza a sudar, 200... 1000. Nada, el diablo ha
perdido.
Entonces le dice:
Está bien, puedes subir, pero antes dime, ¿Por qué no pude destruir tu
chocolate?
A lo que le respondió:
El chocolate se derrite en tu boca, no en tus manos.
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